La duda principal en el peronismo es en qué condiciones quedó “el dedo de Cristina” Kirchner después del fracaso estrepitoso de su último experimento. Es un interrogante que tiene una actualidad renovada, después de la frase “ya di lo que tenía que dar” que CFK pronunció en el Teatro Argentino de La Plata cuando atronaba el “Presidenta, Cristina Presidenta”. Y que se combina con otra conjetura: hacia dónde apuntará ese dedo si mantiene la decisión de no buscar su segunda reelección.
Las especulaciones se acrecientan porque no sólo aparecen en el análisis político sino que voces concretas, con nombre y apellido, empezaron a mencionar ese concepto -”el dedo de Cristina”- como decisivo para el futuro del Frente de Todos, o como se denomine la coalición oficialista que buscará no sucumbir ante una crisis que ingresó la semana pasada en una nueva dinámica, más acelerada y peligrosa.
La corrida del dólar -que se llevó puesta el único ancla que todavía tenía la economía, el acuerdo con el Fondo- terminó la semana pasada controlada por el ministro Sergio Massa, pero con consecuencias inciertas y un impacto inevitable en los precios, la actividad y, casi seguro, el crecimiento. Son las consecuencias que vinieron a tocar la puerta después de años de una política económica que corrió sin plan detrás de la pandemia, la guerra y, ahora, la sequía.
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Esas “plagas”, que castigaron a todos en el mundo, pegaron en la Argentina de un modo singular y se tradujeron en indicadores sociales que meten miedo, sobre todo en una área sensible en términos electorales: el AMBA, es decir la ciudad de Buenos Aires y los partidos del Conurbano. Infobae accedió a informes que encienden luces rojas para el Gobierno pero también para la oposición.
Pablo Zurro puede ser -más que el intendente ultra K de un municipio de 42.561 habitantes- el canario en la mina que alerta un riesgo inminente. El peligro cierto, real, no sólo de una derrota electoral de dimensiones históricas, sino la posibilidad del final de un proceso histórico que empezó hace 20 años. La clausura de una era en el peronismo y el inicio de una transición, al estilo de la que vivió, derrota mediante, entre 1999 y 2003.
El mandatario comunal de Pehuajó expresó ayer en la sede de Madres de Plaza de Mayo -en el 46° aniversario de la entidad que presidió la fallecida Hebe de Bonafini– un mensaje que expresa de manera cabal por qué puede ser el pajarito utilizado por el siglo pasado por los mineros del carbón para saber si corrían peligro de muerte.
“El peronismo es un abanico y nosotros, el kirchnerismo, somos la mayoría de ese abanico. Y la única manera que realmente podemos ganar la Nación es si va Cristina Fernández de Kirchner. Y si no va, a Cristina hay que decirle que siempre puede mantener el dedo”, afirmó el intendente. Y agregó: “Vamos con los nuestros, Cristina manda. Los que no tienen votos se nos paran de manos”.
Así, el ardoroso Zurro puso en palabras -entre las que no faltaron los insultos- lo que se cuchichea en los distintos campamentos del peronismo, después que la vicepresidenta ratificara en el Teatro Argentino de La Plata que no volverá a ser candidata.
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En el mundo sindical, entre los gobernadores y los intendentes del Conurbano bonaerense se apuran las conversaciones ante la orfandad de candidatos con la suficiente fortaleza y competitividad para evitar un colapso político que tiene los contornos bien definidos: quedar tercero, detrás de Juntos por el Cambio y del por ahora imparable Javier Milei.
“El dedo de Cristina sigue ordenando el peronismo, sin lugar a dudas. Más allá de Alberto Fernández y sus funcionarios más cercanos, ningún gobernador o intendente, ni sindicalista está diciendo hoy que va a enfrentar a la vicepresidenta o al candidato que ella decida apoyar”, explica Juan Courel, consultor político y que conoce el otro lado del mostrador, porque trabajó en el gobierno y la campaña presidencial de Daniel Scioli.
Ese criterio pone en discusión si, efectivamente, el peronismo va a terminar yendo a una PASO, cuando todas las encuestas indican que la vicepresidenta mantiene dentro de su grupo -dirigencial, pero también de los que votan- una preeminencia que nadie está en condiciones de disputar.
Las chances de que los ministros Massa y Eduardo “Wado” De Pedro sean ungidos -independientemente del orden del binomio- como los candidatos de la coalición de gobierno podría vaciar de sentido que se concrete esa interna que Alberto Fernández se empecinó en sostener, como excusa para enfrentar a la Vicepresidenta.
“Si Cristina Kirchner expresa su apoyo a una fórmula es casi seguro que gana y supera las PASO y puede, más allá de que gane o no, dejar una oposición fortalecida a partir del 10 de diciembre, con diputados, senadores, intendentes propios. No creo que ella esté pensando en una estrategia defensiva, pero debe ser consciente de que hay en la sociedad una voluntad de cambio que es dominante”, explicó el analista.
El pulso de qué es lo que quiere la ciudadanía -continuidad si hay una buena gestión, o cambio ante una mala performance- se verá en los próximos dos domingos, ya que irán a las urnas una de cada tres provincias argentinas. El 7 de mayo Jujuy, Misiones y La Rioja, y el 14 Tucumán, San Juan, Salta, La Pampa y Tierra del Fuego.
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Salvo Jujuy, donde gobierna el radical y presidenciable Gerardo Morales, las otras siete provincias son peronistas o aliadas al gobierno -los misioneros y fueguinos- por lo que el resultado va a mostrar la fortaleza, al menos, del peronismo del interior.
Para Courel, “los oficialismos aparecen por ahora con una debilidad muy grande”, aunque esa inclinación al cambio parece tener una realidad más concreta en cuestiones nacionales que en el ámbito provincial o municipal. Tan grave es la situación, dijo, que en sus últimas mediciones los niveles de aprobación están tocando “niveles de Fernando de la Rúa en 2001″.
La última encuesta que difundió Zuban Córdoba y Asociados, por ejemplo, confirma que el oficialismo, en términos electorales, pasa un mal momento. El trabajo de esa encuestadora ubica en el podio de los dirigentes con “potencial a presidente” a tres opositores: Javier Milei, con 39,6%; Horacio Rodríguez Larreta, con 38%; y Patricia Bullrich, muy cerca de su rival interna, con 37,3%.
Detrás, aparecieron sí tres peronistas: el ministro Sergio Massa, con 35,3%; luego el embajador en Brasil y ex gobernador Daniel Scioli, con 21,2%; y después Wado De Pedro es el otro oficialista, que apareció con el 19,5%. Son cuentas en las que no se puede impactar cómo influiría un apoyo activo de Cristina Kirchner detrás de esos nombres.
“El 70% del electorado votaría hoy por alguna de las tres opciones partidarias del menú: el Frente de Todos (28,5%), Juntos por el Cambio (23,5%) o los libertarios (18%). Del 30% restante, la mitad (14,9%) aún no sabe a quién votar y la otra mitad, que actualmente prefiere opciones con bajas probabilidad de llegar a la Presidencia, abre la posibilidad del uso estratégico del voto, es decir, de aquel que optimiza el beneficio para el votante migrando hacia opciones que sí tienen chances concretas de llegar”.
Todo lo anterior son cálculos y estrategias que se estrellan contra un deterioro social que registra señales de alarma. Se ve en la Ciudad de Buenos Aires y en partidos del conurbano bonaerense, el AMBA, la región metropolitana donde el Estado canaliza la mayor cantidad de recursos nacionales, los subsidios a la energía, el transporte y los planes sociales.
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Sin embargo, nada parece alcanzar ante la dimensión del daño que provoca la caída de los ingresos, el aumento de precios y una actividad económica que muestra signos concretos de fatiga.
Infobae pudo confirmar que la semana pasada agentes de oficinas porteñas dedicadas a la asistencia social culminaron la encuesta anual que se realiza para esta época sobre la gente que está en situación de calle. Se registraron datos preocupantes.
Según revelaron fuentes al tanto de esos relevamientos, se detectó un aumento en la cantidad de personas sin techo, incluso grupos familiares enteros, pero la suba más importante estuvo en personas que vienen de partidos del conurbano bonaerense, cartonean o mendigan durante toda la semana, se quedan en la calle y regresan a sus lugares -la mayoría en asentamientos- el viernes siguiente.
Se trata de una investigación que cada año hace el gobierno porteño para elaborar estrategias y asistir a las personas en situación de calle durante los días más fríos, cuando se acerca el invierno. Los datos, de acuerdo a lo que trascendió de fuentes oficiales, estarán en los próximos días, pero se espera un aumento sensible.
El otro estudio lo produjeron los equipos técnicos que trabajan con Joaquín De la Torre, precandidato a gobernador bonaerense y ex intendente de San Miguel. Se trata de un trabajo que es una radiografía de la micro, de lo que está pasando en los barrios del conurbano bonaerense, donde se concentra el núcleo duro del voto kirchnerista.
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El informe reveló que la economía barrial se deterioró entre marzo y abril fuertemente, sobre todo en la venta de indumentaria, limpieza y perfumería, cayó la cantidad de residuos -signo de que hay menos consumo- aumentó la morosidad en las tasas municipales, aumentó el delito -sobre todo robo a viviendas sin morador- y subió el narcomenudeo.
También, que aumentó cerca del 10% las familias que solicitaron recibir alimentos en las escuelas, creció el cartoneo infantil, como así también los lugares donde se realizan actividades de trueque o ferias. Son algunos datos de un estudio más completo que se difundirá en los próximos días. Son las cuentas que no cuentan cuando se discuten candidaturas o pedacitos de poder.
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