Andrés Manuel López Obrador (AMLO) sostuvo una reunión con Elizabeth Sherwood, asesora de Seguridad Nacional del gobierno de los Estados Unidos, en Palacio Nacional. El encuentro tuvo como finalidad abordar la situación humanitaria provocada por los flujos migratorios de la región. En ese sentido, acordaron cinco medidas adicionales para atender la situación.
De acuerdo con un comunicado emitido por la oficina de la Presidencia de la República, en la reunión entre el presidente mexicano y la representante estadounidense fueron anunciadas una serie de medidas adicionales. Las mismas buscan regular los flujos migratorios en la frontera entre países ante el inminente final de la política conocida como Título 42, promovida durante la administración de Donald Trump.
En primer lugar se encontró el incremento de acciones conjuntas para combatir a los tratantes y traficantes de personas hacia los Estados Unidos. Dicha medida surgió semanas después de que Alejandro Mayorkas, secretario de Seguridad Nacional de los EEUU, anunció la colaboración con Colombia y Panamá para evitar el tráfico de personas a través de la jungla del Darién.
El segundo punto de acuerdo consistió en atender algunas de las causas que, desde su punto de vista, motivan el movimiento de flujos migratorios desde América Central hacia el norte del continente, así como “expandir las vías legales”. Cabe mencionar que el propio López Obrador ha promovido la implementación del programa “Sembrando vida” en países de la región.
“En particular, México y Estados Unidos redoblarán sus esfuerzos de desarrollo enfocados en apoyo de persona a persona”, se lee en el segundo punto de los acuerdos.
En tercer lugar se retomó la iniciativa anunciada por el gobierno estadounidense en torno a la creación de centros de procesamiento regionales en países como Colombia y Guatemala. En ese sentido, el gobierno mexicano se comprometió a contribuir a la efectividad de las oficinas que buscan canalizar las peticiones de las personas migrantes en situación de movilidad para ingresar a los Estados Unidos.
En el mismo punto, el gobierno de Joe Biden se comprometió a recibir a más de 100 mil personas de Honduras, Guatemala y El Salvador bajo el programa de permisos de reunificación familiar.
El cuarto punto de acuerdo versó en torno al reforzamiento de la iniciativa anunciada entre mandatarios en enero de 2023, la cual consistió en “combinar la expansión de vías legales con consecuencias para la migración irregular”. Al respecto, México continuará aceptando a personas migrantes de regreso con motivos humanitarios, mientras los Estados Unidos abrirán sus puertas a nicaragüenses, cubanos, haitianos y venezolanos.
En el último punto figuró el compromiso de modernizar la franja fronteriza compartida de 3 mil 152 kilómetros entre México y los Estados Unidos. Al respecto, Joe Biden firmó un permiso presidencial para expandir el puerto de entrada terrestre Mexicali II.
“Nos comprometimos de manera conjunta a tomar acciones para finalizar este proyecto para finales de este año, un paso que beneficiará a las economías mexicana y estadounidense”, se leyó en el último punto de acuerdo abordado en el comunicado.
En el marco de la emergencia sanitaria por la presencia de la enfermedad de COVID-19, las autoridades estadounidenses, a través de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC, por sus siglas en inglés), emitieron una orden de salud pública que, de acuerdo con los funcionarios, buscaba detener la propagación del virus SARS-CoV-2.
En ese sentido, la Oficina de Aduanas y Protección de las Fronteras tuvo la facultad de prohibir el ingreso de personas que “potencialmente representan un riesgo para la salud”, tanto por las restricciones de viaje implementadas como por haber ingresado de forma “ilegal” a su territorio y eludir los filtros sanitarios.
En ese sentido, también ganaron la facultad de expulsar de inmediato a las personas migrantes hacia su país de último tránsito. Con ello, debido a que la política implementada en la administración de Donald Trump dejará de ser vigente desde el 11 de mayo de 2023, se espera que los flujos migratorios provenientes del centro y sur de América hacia los Estados Unidos incrementen.
