El 20 de noviembre se cumplieron 5 meses del asesinato de los sacerdotes jesuitas Javier Campos Morales, El Gallo, y Joaquín César Mora, El Morita. Hasta el momento, el crimen sigue impune. Es por ello que la Compañía de Jesús en México lamentó que aún no haya justicia para los miembros de su comunidad.
“A más de 150 días de los dolorosos hechos, la paz no ha llegado a Cerocahui, contrario a lo que recientemente declaró la Secretaría de Seguridad Pública Estatal”, acusó la agrupación religiosa en un comunicado.
Bajo este sentido, los jesuitas aseguraron que la inseguridad sigue prevaleciendo en la Sierra Tarahumara, Chihuahua, lugar en el que fueron perpetrados los asesinatos. Es por ello que de manera conjunta, hicieron un llamado a los diferentes niveles de gobierno para garantizar justicia y paz en la región.
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A pesar de que en el estado se han estado registrando múltiples sismos, ninguno ha sido de gran magnitud
“Nos sumamos al manifiesto de la Diócesis de Tarahumara, quien ha convocado a construir ´un país donde verdaderamente reine la verdad y la justicia que nos lleven a la verdadera paz y amor´”, escribieron.
El 20 de junio dos sacerdotes fueron ejecutados dentro del templo en el que predicaban. De acuerdo con lo que se ha dado a conocer del caso, los hechos se dieron luego de que un hombre entrara al recinto buscando refugio, pues era perseguido por un grupo armado que quería acribillarlo.
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El temblor incluso llegó a percibirse en Ciudad Juárez. Por ahora no hay reporte de daños materiales o pérdidas humanas
La iglesia ubicada en el pueblo de Cerocahui, de la Sierra Tarahumara fue el escenario de los hechos, en donde el agresor no solo mató al hombre que buscaba refugio, sino también a los sacerdotes que trataron de socorrerlo.
José Noriel Portillo Gil, alias el Chueco, —lugarteniente del Cártel de Sinaloa y supuesto líder criminal del grupo delictivo “Gente Nueva”— ha sido señalado como el responsable de estos crimenes, sin embargo, hasta el momento no ha podido ser detenido.
A penas el 2 de noviembre de este año, se dio a conocer la detención de Fernando F.C alias el Cuervo, quien era bucado desde hace más de tres años tras ser señalado como el responsable del asesinato del activistas Cruz Soto. De acuerdo con las autoridades, Fernando era un operador cercano de José Noriel Portillo.
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Los hombres asegurados fueron sorprendidos mientras forcejeaban, trataron de escapar, pero fueron capturados, tras una inspección se les encontró armamento
Cabe recordar que recientemente, tras las filtraciones realizadas por Guacamaya, se dieron a conocer diversas negligencias por parte de las Fuerzas Armadas mexicanas con respecto a las actividades de El Chueco.
De acuerdo con el medio español El País, – el cual tuvo acceso a los correos confidenciales – el Ejército mexicano tenía pleno conocimiento de las actividades ilícitas y presencia criminal de Noriel Portillo desde hace por lo menos dos años antes de la tragedia en la Sierra Tarahumara (2020).
Tanto así que el capo fue incluido en una lista de objetivos prioritarios del aparato de inteligencia militar federal (aunque para le Gobierno de Chihuahua, El Chueco se había convertido en blanco principal desde la administración de Javier Corral. No obstante, destacó el portal, los operativos para dar con él no fueron retomados hasta el asesinato de los dos clérigos y un guía de turistas.
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