Latino News Today
Sin categoría

Una voluntaria audaz en la frontera de la inteligencia artificial escucha el futuro

Especial para Infobae de The New York Times.

El mes pasado, cuando “Heart on My Sleeve”, un tema atribuido a versiones de Drake y The Weeknd creadas por inteligencia artificial, se convirtió en un éxito no autorizado en línea, muchos miembros de la industria musical expresaron de viva voz sus preocupaciones sobre los próximos riesgos legales y creativos. Sin embargo, Grimes, la productora y cantante de pop a quien desde hace tiempo la han cautivado las visiones del futuro, vio una oportunidad.

Durante años, Grimes había experimentado con tecnología incipiente en el ámbito de la inteligencia artificial generativa, utilizando las herramientas imperfectas que estaban a su disposición para crear una canción de cuna, un conjunto de meditaciones, un chatbot de Grimes al estilo de ChatGPT y mucho arte visual inspirado en la ciencia ficción y el anime con servicios como Midjourney y Stable Diffusion.

No obstante, a Grimes le pareció que la rápida popularización de los filtros de emulación de voz aceptables —herramientas que les permiten a los usuarios modificar voces existentes para que suenen como otra persona, en particular artistas famosos como Drake, Michael Jackson o Taylor Swift— era algo más que una novedad. Podían ser un momento de aprendizaje, una fuente de inspiración e incluso un negocio secundario.

“Dividiré el 50 por ciento de los derechos de autor de cualquier canción exitosa generada por inteligencia artificial que use mi voz”, tuiteó Grimes a sus seguidores, que en esa plataforma sobrepasan el millón, en referencia a los derechos de autor de la grabación misma; Grimes aclaró en una entrevista que el compositor tendría derecho a todas las ganancias de la composición o publicación. “Siéntanse libres de usar mi voz sin castigo. No tengo sello discográfico ni ataduras legales”.

Luego, ella y su equipo lanzaron Elf.tech, un software fácil de usar que ayuda a productores y compositores —aficionados y profesionales por igual— a lograr que su canción suene como si Grimes la cantara. Hasta ahora, se han realizado más de 15.000 transformaciones vocales con la herramienta, llamada GrimesAI-1, y se han enviado más de 300 canciones completas para su distribución en servicios oficiales de emisión en continuo con la ayuda del equipo de Grimes tras bambalinas.

En una llamada reciente por Zoom, Grimes —quien tiene dos hijos con el empresario Elon Musk— habló sobre el proyecto hasta la fecha y reflexionó sobre cómo su estatus de celebridad extracorporal y su larga obsesión con la inteligencia artificial la han convertido en el vehículo perfecto para la experimentación. También dio su opinión sobre cinco canciones creadas con el software GrimesAI. Estos son algunos extractos editados de la conversación.

P: “Heart on My Sleeve” pareció ser un punto de inflexión. ¿Para ti cuál fue ese momento, que llevas años experimentando en este terreno?

R: Me emocionó casi en todos los sentidos, aunque se hablara de los riesgos. Me encanta la inteligencia artificial, pero me preocupa un poco que no haya nada parecido a un debate al respecto, así que creo que esto fue muy útil. Y me emocionaba que pudiéramos acceder completamente a esta tecnología ahora, porque hace cinco años intentamos hacer la voz de Grimes y simplemente no lo logramos.

P: ¿Dónde comienza tu viaje con la inteligencia artificial?

R: La verdad es que empezó cuando era chica, lo cual tal vez sea extraño. El año pasado, estábamos revisando mis viejos cuadernos de la universidad y encontramos un montón de teorías sobre la inteligencia artificial. Siempre he hablado de esto, aunque antes no era posible. Pero empecé a adentrarme en las posibilidades del arte un poco antes de la época de las criptomonedas. Fue entonces cuando intentamos lograr que Grimes estuviera en código abierto por primera vez, en 2018 o 2019.

P: ¿Qué significa que Grimes estuviera en “código abierto”?

R: Me interesa mucho el arte de la identidad. Intentamos vender mi alma —un diez por ciento de ella— en un acuerdo legalmente vinculante. Pero a nadie le importó y además el precio es tan ridículamente alto que nadie lo pagará jamás: unos 10.000 millones de dólares. Pero, si la compran, entonces acepto mi destino y habrá valido la pena.

P: ¿Y cómo se pasa de eso a que Grimes esté en código abierto a nivel musical?

R: Siento que quizás estas cosas me duelen menos que a una persona común, porque la cantidad de muertes de ego por las que he tenido que pasar para seguir funcionando es bastante alta. Esa sensación rara y desagradable que percibe mucha gente cuando oye que su voz se utiliza de un modo que no quería… simplemente soy sujeto de mucha más prensa de locos que una persona común. Estoy muy acostumbrada.

Grimes empezó porque yo estaba en una escena muy punk y me parecía atrevido ponerme un vestido rosa, bailar y hacer música pop. Parte de lo que me interesaba hacer en ese entonces era molestar a la gente. Incluso ahora, ¿cuáles son los límites? ¿Cuál es la ventana de Overton del arte? ¿Qué está permitido?

P: ¿Cómo le explicarías a tu abuela, por ejemplo, lo que haces ahora con la inteligencia artificial?

R: La gente se sigue enojando mucho y dice: “¡Quiero escuchar algo que haya hecho un ser humano!”. Y yo pienso: los humanos hicieron todo esto. Todavía tienes que escribir la canción, producirla y cantar la voz. La parte que es inteligencia artificial es tomar la armonía y el timbre de la voz y moverlos para que coincidan con mi voz, en vez de la voz original de la persona. Es como un micrófono nuevo.

P: ¿Cómo enfrentas la idea de que alguien pueda hacer una canción llena de odio u obscena con la voz de Grimes?

R: Lo bueno de que la industria musical esté tan en contra de esto es que parece bastante fácil acabar con las cosas. Pero también creo que es bueno que haya un momento para impresionar o escandalizar de vista extremistas. En cuanto a hacer que la inteligencia artificial sea más segura y más productiva y útil a nivel cultural, es bueno sacar las cosas del sistema cuando son menos perjudiciales y menos populares. No me importa tanto que Grimes sea el mecanismo.

P: ¿Dónde trazas el límite en lo personal?

R: Creo que es claro que los insultos, el discurso de odio y la apología de la violencia no son una broma. Convenientemente, en realidad nadie ha hecho nada malo y de cierta manera siento que ni siquiera es tan emocionante hacerlo.

P: ¿Crees que un Drake o una Grimes creados con inteligencia artificial anulan la necesidad de un Drake o una Grimes reales?

R: No, no lo creo. Tal vez es solo mi opinión, pero en cierto modo quiero eso. Sentir lo increíble que es crear arte bello en general es algo que no ha estado al alcance de mucha gente: muchísimo tiempo y energía, años de formación técnica. Creo que es valioso que haya una herramienta con la que, si tienes una idea hermosa, puedas hacer algo hermoso y tener acceso a ello.

La artista canadiense Grimes en Los Ángeles, el 24 de octubre de 2020. (Elizaveta Porodina/The New York Times)

Enlace a la fuente