KIEV, Ucrania (AP) — Funcionarios rusos acusaron a saboteadores ucranianos el jueves de penetrar en el oeste de Rusia y atacar aldeas locales, pero Ucrania rechazó la acusación y dijo que era un pretexto ruso para acentuar sus ataques.
Las circunstancias exactas del incidente denunciado en la región de Bryansk eran poco claras, así como cuál sería el propósito estratégico de semejante ataque.
De confirmarse, sería otro indicio, luego de los ataques con drones de principios de semana, de que Kiev podría estar llevado los combates a territorio ruso, exponiendo la debilidad defensiva de su rival, avergonzando al Kremlin y sembrando el desasosiego entre la población rusa.
El presidente ruso Vladimir Putin acusó a “terroristas” ucranianos de una incursión en la que atacaron deliberadamente a civiles, incluso niños, “en un nuevo ataque terrorista, un nuevo crimen”.
“Infiltraron la zona cerca de la frontera y abrieron fuego sobre civiles”, dijo Putin durante una videollamada. “Vieron un vehículo civil con civiles, con niños en él, y le dispararon”.
Hace días, Putin ordenó al Servicio Federal de Seguridad, la agencia sucesora de la KGB, que ajuste el control de la frontera con Ucrania.
Sectores belicistas rusos han expresado su desazón por lo que consideran la renuencia de Putin a declarar la ley marcial y ordenar la movilización general, pero las declaraciones del mandatario ruso no parecían apuntar en ese sentido.
El anuncio en sí causó preocupación de que las autoridades rusas lo utilizaran para tomar represalias con mayores ataques, a medida que avanza el segundo año de la guerra.
El asesor presidencial ucraniano Mykhailo Podolyak lo calificó de “provocación deliberada clásica”.
Rusia “quiere asustar a su gente para justificar un ataque a otro país (y) la pobreza creciente después del año de guerra”, tuiteó, insinuando que el ataque era obra de partisanos rusos.
En medio de reportes iniciales contradictorios, el Servicio Federal de Seguridad de Rusia dijo que los combates con la unidad de saboteadores tenían lugar en la región de Bryansk.
El gobernador de Bryansk, Alexander Bogomaz, dijo que los agresores mataron a dos civiles e hirieron a un niño en la aldea de Lyubechane.
El Servicio Federal de Seguridad dijo que actuó junto con los militares para “eliminar a los nacionalistas ucranianos armados que violaron la frontera estatal”. Añadió posteriormente que había expulsado a los agresores a Ucrania, donde “se les infligió un ataque masivo de artillería”. No fue posible verificar estas afirmaciones.
Citando a las fuerzas de seguridad del país, Tass había reportado antes que los saboteadores habían tomado a seis personas como rehenes. El gobernador de la región afirmó que el grupo disparó contra un vehículo y mató a un hombre, además de herir a un menor de 10 años.
Los aviones no tripulados que, según el Kremlin, fueron lanzados por Ucrania, se adentraron en territorio ruso el martes y uno de ellos llegó a 100 kilómetros (60 millas) de la capital, Moscú.
La aparente incursión del jueves era también embarazosa para Putin, días después de que ordenase al Servicio Federal de Seguridad que reforzase los controles en la frontera con Ucrania.
El vocero del Kremlin, Dmitry Peskov, dijo que Putin canceló un viaje al sur de Rusia previsto para el jueves y recibía informes del gobernador regional sobre la situación. Aún se aclaraban los detalles del supuesto ataque.
Según Tass, que citó a un funcionario de seguridad no identificado, dos localidades de la provincia de Bryansk, Sushany y Lyubechane, estaban siendo atacadas por “varias docenas de combatientes armados”.
Alexander Bogomaz, gobernador de Bryansk, en la frontera con Ucrania, indicó que el grupo disparó a un vehículo en Lyubechane, matando a un hombre y lesionando a un menor. Además, un dron ucraniano se estrelló contra una casa en Sushany y le prendió fuego, agregó.
En Ucrania, tres personas fallecieron el jueves y otras seis resultaron heridas tras el impacto de un misil ruso en un edificio de apartamentos de cinco plantas en la ciudad suroriental de Zaporiyia, dijo la policía.
El proyectil destruyó varias plantas del inmueble de madrugada, dijo el presidente de Ucrania, Volodymyr Zelenskyy.
Por el momento, el Servicio de Emergencias Estatal ha rescatado a 11 personas, indicó el departamento en un comunicado online.
Zaporiyia tenía una población de más de 700.000 personas antes de las tropas del Kremlin invadiesen el país vecino hace poco más de un año. Es la capital administrativa de la provincia homónima, que está parcialmente ocupada y alberga la mayor central nuclear de Europa.
La artillería, los drones y los misiles rusos golpean zonas controladas por Kiev en el sur y el este del país desde hace meses. Moscú niega haber atacado objetivos civiles, pero sus bombardeos indiscriminados han causado una gran destrucción en los centros urbanos.
Durante los meses de invierno, la guerra se ha ralentizado hasta llegar casi a un estancamiento.
Zelenskyy dijo que Rusia “quiere convertir cada día en un día de terror para nuestro pueblo (…) Pero el mal no reinará en nuestra tierra”.
Mientras, la dura batalla por el control de Bájmut, un bastión clave en el este del país, continuaba. Funcionarios ucranianos dijeron que su ejército podría llevar a cabo una retirada estratégica allí.
El Estado Mayor ucraniano reportó que las tropas rusas “siguen avanzando y asaltando la ciudad” pero las fuerzas de Kiev repelieron algunos de los ataques. El gobernador de la provincia de Donetsk, Pavlo Kyrylenko, dijo que una persona resultó herida el jueves en la mañana.
Bájmut estaba entre las ciudades y localidades de la región de Donetsk que fueron bombardeadas por Rusia, según la nota del mando del ejército ucraniano.
Tomar la ciudad no solo supondría una inusual victoria para las fuerzas rusas en el campo de batalla tras meses de reveses, sino que podría romper las líneas de suministro ucranianas y permitiría a las tropas del Kremlin avanzar hacia otros feudos de Kiev en la provincia.