* Enviado especial a Qatar

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El defensor tomó su teléfono celular y compartió en las redes el momento de la salida de Abu Dhabi. Buen clima en el plantel que debutará el próximo martes en el Mundial
El estadio Lusail, sede del debut de Argentina en el Mundial Qatar 2022, empezó a teñirse de Albiceleste a las 8 de la mañana de Doha, cuando el termómetro marcaba 26 grados. Los fanáticos de La Scaloneta, todos enfundados en los colores, triplicaron a los de Arabia Saudita, rival en la apertura del Grupo C de la Copa del Mundo. Un grupo de hinchas tomaron instrumentos y se pusieron a tocar música de Los Palmeras. Pero el golpe lo dio un DJ ugandés que sorprendió por su conocimiento de la música argentina -asistido por los teléfonos móviles de los presentes-. E hizo bailar a todos.
Los concurrentes advirtieron, por ejemplo, que hizo sonar, casi naturalmente, “Quién se ha tomado todo el vino”, de la Mona Jiménez. “la Cumbia de los Trapos”, o la canción de Manu Chao sobre Maradona. Así, animó una verdadera fiesta en la explanada del estadio, una celebración que resultará un calco de lo que ocurrirá puertas adentro del escenario que el 18 de diciembre albergará la final del mundo.

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Y para que la fiesta fuera completa, tratándose de una parcialidad argentina, no podían pasar los bombos. Ahora bien, ¿cómo hacerlos ingresar, con el antecedente de que hasta ahora sólo los qataríes y su hinchada organizada habían conseguido el objetivo? Fueron cuatro bombos, dos zurdos y dos redoblantes los que sortearon los controles. Infobae habló con Toto, el encargado del trámite.
Llenó un formulario de la FIFA bajándose un pdf y lo envió por mail. El trámite lo hizo hace tiempo. Tuvo que mandar imágenes de los instrumentos y le indicaron que tuviera a mano las llaves, por si había que abrirlos para revisarlos. De todos modos, al ser transparentes, todo indicaba que iban a salvar ese paso. Y los redoblantes atravesaron los escaners sin inconvenientes.

Con el correr de los minutos, con la gran afluencia de público, comenzaron a agolparse los fanáticos en los accesos. En más de un partido (Inglaterra-Irán, sobre todo, y Países Bajos-Senegal, en el que incluso se abrieron los molinetes) hubo problemas con los tickets.

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Pero el calor superó todo. A uno de los que se pudo ver bailando al ritmo de los temas del ugandés fue al hermano de Dibu Martínez, el arquero titular campeón de América. Y las imágenes y banderas de Messi y Maradona abundaron. Una réplica de la Copa del Mundo pasó de mano en mano.
“El Diego es historia, el Diego es la vida, el Diego es la representación del argentino. Es el personaje más fiel de todas nuestras contradicciones, el más humano de todos los dioses”, dijo un fan argentino en la puerta del estadio, con la camiseta de Maradona, en el primer Mundial sin su presencia física, pero omnipresente en cada rincón de Doha, desde los murales hasta las casacas.
Ni siquiera hizo falta el pitazo inicial. Ni que los presentes entonaran la típica canción. Las imágenes hablaron: Argentina fue local… Otra vez.
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